El alcohol tiene efectos sobre el organismo que pueden influir en el peso y la grasa corporal. No todas las bebidas tienen el mismo efecto: el grado alcohólico, la cantidad consumida y la frecuencia son factores que influyen en el impacto del alcohol sobre la salud. En este artículo vamos a ver cómo su consumo puede ser un factor de riesgo para adquirir sobrepeso y obesidad, especialmente en la zona abdominal.
El alcohol aporta calorías vacías:
El alcohol es una fuente de energía que aporta 7 kilocalorías por cada gramo. Sin embargo, estas calorías no son aprovechadas por el organismo para realizar sus funciones vitales, sino que se almacenan en forma de grasa. Además, el alcohol no contiene nutrientes esenciales como vitaminas, minerales o fibra, por lo que se consideran calorías vacías.
El consumo de alcohol puede aumentar el apetito y disminuir la saciedad:
El alcohol tiene un efecto estimulante sobre el sistema nervioso central que puede provocar un aumento del apetito y una disminución de la sensación de saciedad. Esto puede llevar a comer más cantidad y más frecuentemente, especialmente alimentos ricos en grasas y azúcares. Así, el consumo de alcohol se asocia con una mayor ingesta calórica y un desequilibrio energético que favorece el aumento de peso.
El consumo de alcohol altera el metabolismo de las grasas:
El alcohol interfiere con el metabolismo normal de las grasas en el hígado y en los tejidos adiposos. El hígado es el órgano encargado de procesar y eliminar el alcohol del organismo. Cuando se consume alcohol, el hígado prioriza su metabolización frente a otras sustancias como los ácidos grasos. Esto hace que se acumulen más grasas en el hígado y se produzca una condición llamada hígado graso.
Afecta a las hormonas:
Por otro lado, el alcohol también afecta a las hormonas que regulan el almacenamiento y la movilización de las grasas en los tejidos adiposos. El alcohol aumenta los niveles de testosterona y cortisol en sangre, dos hormonas que favorecen la acumulación de grasa, especialmente en la zona abdominal. La grasa abdominal es la más peligrosa para la salud, ya que se relaciona con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer.
Recomendaciones para limitar su consumo:
El consumo de alcohol puede tener consecuencias negativas para la salud, el peso y la grasa corporal. Por eso, es importante limitar el consumo de alcohol y seguir algunas recomendaciones para hacerlo de forma responsable y saludable. Algunas de estas recomendaciones son:
- Llevar la cuenta de todo el alcohol que se bebe, ya que eso ayudará a ir más despacio y a ser consciente de la cantidad ingerida1.
- Contar y medir las unidades de bebida estándar (UBE) que se consumen y no superar los límites establecidos para el consumo de riesgo de alcohol1.
- Fijar metas realistas y alcanzables para reducir el consumo de alcohol y llevar un registro de los progresos1.
- Ir lento y espaciado al beber alcohol, alternando con bebidas sin alcohol como agua o refrescos light1.
- Incluir alimentos antes y durante el consumo de alcohol, ya que ayudan a ralentizar la absorción del alcohol y a disminuir el apetito1.
- Evitar los disparadores o situaciones que inciten al consumo de alcohol, como el estrés, el aburrimiento, la presión social o la exposición a la publicidad2.
- Planificar para controlar los impulsos y tener estrategias para decir no al alcohol o para moderar su consumo cuando se está en un entorno social2.
- Reducir el consumo de alcohol con apoyo médico o psicológico si se tiene dificultad para hacerlo por uno mismo o si se presentan síntomas de dependencia o abstinencia2.
Siguiendo estas recomendaciones se puede reducir el consumo de alcohol y sus efectos nocivos sobre la salud y el peso.
Conclusión:
En general, se considera que un consumo moderado de alcohol puede tener algunos beneficios para la salud cardiovascular, siempre que se acompañe de una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable. Un consumo moderado se define como una copa de vino o una caña al día para las mujeres y dos copas o dos cañas al día para los hombres.
Sin embargo, un consumo excesivo o habitual de alcohol puede tener efectos negativos sobre la salud y favorecer el sobrepeso y la obesidad. Un consumo excesivo se define como más de cuatro copas o cuatro cañas al día para las mujeres y más de cinco copas o cinco cañas al día para los hombres.
Además, hay que tener en cuenta que algunas bebidas alcohólicas tienen más calorías que otras debido a su mayor graduación o a su contenido en azúcares añadidos. Por ejemplo, los licores destilados como el whisky o el ron tienen más calorías que el vino o la cerveza. También hay que tener cuidado con los cócteles o las mezclas con refrescos azucarados, ya que pueden aumentar considerablemente las calorías totales.
Recuerda que el alcohol no es imprescindible para divertirse o relajarse y que existen otras alternativas más saludables para disfrutar de la vida.