Los ácidos grasos (AG) son moléculas orgánicas formadas por una cadena de carbonos e hidrógenos con un grupo carboxilo en un extremo.
Existen unos AG esenciales que el organismo no puede sintetizar y debe obtenerlos de los alimentos, siendo los más importantes: los ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) de las series omega-3 y omega-6. Sin estas sustancias la persona puede sentirse mal a la larga, porque si no tiene esos elementos pueden haber problemas.
Funciones en el organismo:
- Fuente y almacenamiento de energía: se pueden oxidar en las mitocondrias para producir ATP, la moneda energética de las células. El exceso de AG se almacena en forma de triglicéridos en el tejido adiposo, que actúa como reserva energética y como aislante térmico.
- Componentes estructurales: forman parte de los fosfolípidos, que son los principales constituyentes de las membranas celulares. Los AG determinan la fluidez y la permeabilidad de las membranas, así como su interacción con otras moléculas.
- Precursores de moléculas bioactivas: pueden dar origen a diversos compuestos con funciones reguladoras, como los eicosanoides, las ceramidas o los endocannabinoides. Estas moléculas participan en procesos como la inflamación, la coagulación, la vasodilatación, la apoptosis o la señalización celular.
Efecto antiinflamatorio:
Los ácidos grasos omega-3 y omega-6 son muy importantes en cómo funciona el cuerpo y en la inflamación. Estos ácidos grasos usan las mismas herramientas para transformarse en eicosanoides, que son como mensajeros de grasa que actúan de forma contraria en la inflamación. Los eicosanoides que vienen del omega-6 (como ciertas sustancias) causan inflamación, mientras que los que vienen del omega-3 (como otras sustancias) la reducen.
La inflamación es una forma en que el cuerpo se defiende ante un problema o daño. La inflamación ayuda a proteger y curar, pero también puede dañar los tejidos y causar enfermedades crónicas si dura mucho o se sale de control. Algunas enfermedades que tienen que ver con la inflamación son problemas en las articulaciones, asma, diabetes, obesidad, enfermedades del corazón o cáncer.
Algunos alimentos ricos en ácidos grasos:
La dieta puede influir en el equilibrio entre los AGPI omega-3 y omega-6 y, por tanto, en el grado de inflamación. Se recomienda consumir alimentos ricos en omega-3, como el pescado azul, las nueces o las semillas de lino.
Además de estas fuentes, se recomienda evitar el exceso de alimentos ricos en omega-6, como los aceites vegetales refinados, las carnes rojas o los productos procesados. La relación óptima entre omega-6 y omega-3 se estima entre 4:1 y 1:1.
Otros antiinflamatorios:
Además de los AGPI, existen otros nutrientes que pueden modular la inflamación, como el té verde, la fibra alimentaria o los antioxidantes. El té verde contiene polifenoles, como las catequinas, que tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. La fibra alimentaria favorece el tránsito intestinal y la salud de la microbiota, que puede producir ácidos grasos de cadena corta con efectos antiinflamatorios. Los antioxidantes protegen a las células del estrés oxidativo y previenen el daño inflamatorio. Algunas fuentes de antioxidantes son las frutas y verduras frescas, el cacao, el vino tinto o el té verde.
Conclusión:
Como se puede ver, los ácidos grasos son reguladores del metabolismo y la inflamación, y su consumo adecuado puede prevenir o mejorar diversas enfermedades. Se recomienda seguir una dieta equilibrada y variada, rica en alimentos naturales y baja en alimentos procesados, que aporte los ácidos grasos esenciales y otros nutrientes beneficiosos para la salud.