Estas breves interrupciones de actividad física (generalmente van de 3 a 10 minutos) durante la jornada laboral no solo alivian la tensión corporal, sino que también promueven un entorno más saludable y dinámico1. Se puede hacer de forma individual o grupal, y no requieren equipamiento especializado.

La situación actual:
Según la Organización Mundial de la Salud, más de 1.710 millones de personas en el mundo tienen trastornos musculoesqueléticos, los cuales son la principal causa de discapacidad laboral2. Las pausas pueden reducirlas hasta un 35%, y mejorar el rendimiento un 25%2. También reducen la tensión muscular que causa estar mucho tiempo en la misma postura, o al hacer movimientos repetitivos. Además mejoran la postura al corregir desviaciones y fortalecer los músculos3.
Las personas que trabajan en oficina, especialmente frente a un computador, corren un alto riesgo de tener posturas incómodas, ser sedentarias y repetir movimientos durante su jornada. Los movimientos repetitivos son un gran factor de riesgo para lesiones musculoesqueléticas, que pueden causar inflamación. Los oficinistas repiten movimientos con el teclado y el mouse. Es importante que tengan sillas y escritorios adecuados para evitar dolores en hombros, muñecas, manos y espalda. Si estos riesgos permanecen, pueden desarrollar trastornos musculoesqueléticos, que son lesiones en músculos, tendones y otras partes, causando problemas de salud serios y discapacidad a nivel global.
También ayudan a reducir el estrés4, ya que al movilizarse se liberan endorfinas que mejoran el estado de ánimo y la concentración. Los trabajadores que hacen pausas activas tienen más energía y mejor enfoque3, lo que hace que haya más productividad. Por último, las pausas en grupo fortalecen la cohesión del equipo y mejoran el ambiente laboral1.
Evidencia científica:
Recomendaciones oficiales
¿Cómo implementar pausas activas en tu empresa?
- Establecer horarios fijos: cada 2 horas, realizar pausas de 5 minutos con ejercicios guiados.
- Diseñar rutinas simples: estiramientos de cuello, hombros, espalda, muñecas y piernas.
- Fomentar la participación grupal: crear espacios para pausas colectivas que refuercen el compañerismo.
- Usar recordatorios digitales: aplicaciones que indiquen cuándo moverse o estirarse.
- Capacitar al equipo: incluir pausas activas en los programas de bienestar y prevención de riesgos.
Conclusión
Más información: