"Dormir bien es la mitad de la salud", dice el proverbio popular. Porque el descanso no es un lujo, sino una necesidad. Cuando dormimos y descansamos bien, nuestra vida mejora: nos sentimos más animados, optimistas y con energía, con la mente despejada, y por supuesto esto se demuestra en nuestras destrezas laborales, como el rendimiento, la toma de decisiones y la creatividad1.
¿Cómo nos afecta el sueño?
El ser humano pasa durmiendo 1/3 de su vida. Cuando descansamos en la noche, nuestra mente activa procesos de forma no consciente, que son necesarios para poder desenvolvernos cuando estamos despiertos. Hablamos de cosas como consolidar los recuerdos y procesar emociones1.

Según la National Sleep Foundation, los empleados que duermen menos de seis horas por noche tienen más errores, son menos productivos y presentan mayores tasas de absentismo1. Además, la falta de sueño incrementa el estrés y reduce la capacidad para manejar las presiones diarias, lo que puede llevar a un ciclo de fatiga crónica.
Efectos del sueño insuficiente en el trabajo
Algunos de los efectos más comunes de no dormir bien incluyen:
- Fatiga constante: Sensación de cansancio que no desaparece con el descanso.
- Dificultad para concentrarse: Problemas para mantener la atención en tareas simples o complejas.
- Irritabilidad y cambios de humor: Menor tolerancia al estrés y conflictos interpersonales.
- Falta de creatividad: Menor capacidad para generar ideas nuevas o resolver problemas de forma innovadora2.
Horarios no "ortodoxos"
Los hábitos en nuestras necesidades básicas (alimentación, sueño) es lo que mejor sienta a nuestro cuerpo. Trabajar en turnos nocturnos o rotativos puede alterar el ritmo circadiano, el reloj interno del cuerpo que regula el sueño y la vigilia. Esta desincronización provoca irritabilidad y alteraciones en el estado de ánimo. A nivel de salud física, provoca insomnio, somnolencia diurna, y aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas1.
Desde hace tiempo (especialmente desde el Covid-19) que algunas empresas están considerando estos riesgos para la salud y la productividad, y en consecuencia han implementado medidas como: horarios flexibles, áreas de descanso y programas de educación sobre el cuidado personal, incluida la importancia de dormir bien3.
Cómo mejorar la calidad del sueño
Adoptar buenas prácticas de higiene del sueño puede marcar una gran diferencia en la productividad laboral. Aquí algunas recomendaciones:
- Establecer una rutina de sueño: Ir a dormir y despertarse a la misma hora todos los días.
- Evitar pantallas antes de dormir: La luz azul de los dispositivos electrónicos puede interferir con la producción de melatonina.
- Crear un entorno propicio para dormir: Silencio, oscuridad y temperatura adecuada.
- Limitar el consumo de cafeína y alcohol: Especialmente en las horas previas al descanso 1.
Conclusión
El sueño no solo es esencial para la salud, sino también para el éxito profesional. Dormir bien mejora la concentración, reduce el estrés, fortalece el sistema inmunológico y potencia la creatividad. Las empresas que promueven una cultura del descanso están invirtiendo en trabajadores más sanos, motivados y productivos.
Más información
- Lapharcon – La Importancia del Sueño en la Productividad Laboral 1
- SciELO España – Dormir bien para vivir y trabajar mejor 2
- Alianza Sueño – Guía laboral para empresas 3