El corazón es el elemento motor de nuestro organismo, y su conservación depende extensamente de nuestras prácticas cotidianas o hábitos. Seguir rutinas sanas no sirve solo para la prevención de las enfermedades cardiovasculares, sino que también estimula la calidad de vida e incluso el rendimiento en el trabajo¹.
Cada noche, mientras descansamos, nuestro organismo tiene procesos importantes para mantener el corazón y los vasos sanguíneos en óptimas condiciones. Sin embargo, la falta de sueño o un descanso de mala calidad, hace que crezca el riesgo de enfermedades cardíacas.
