El corazón es mucho más que un músculo: es el motor de la vida. Cuidar el corazón no solo mejora la calidad de vida: también reduce el riesgo de enfermedades graves y prolonga la esperanza de vida. En un mundo donde el estrés, el sedentarismo y la mala alimentación son parte del día a día, mantener un corazón sano se ha convertido en una prioridad de salud pública.
Por qué hay que cuidar también (y sobre todo) nuestro corazón
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en el mundo, responsables de aproximadamente 17,9 millones de fallecimientos cada año, lo que representa el 32% de todas las muertes globales1. El 85% de este porcentaje son por miocardio y accidentes cerebrovasculares1.
En Ecuador es algo parecido: las enfermedades cardiovasculares es una de las primeras causas de muerte en el país, y el infarto agudo de miocardio es una de las más frecuentes, tocando a miles de personas cada año2.
Factores de riesgo más comunes
Los principales factores de riesgo para desarrollar enfermedades cardiovasculares incluyen:
- Hipertensión arterial
- Colesterol elevado
- Diabetes tipo 2
- Tabaquismo
- Sedentarismo
- Obesidad
- Estrés crónico
Muchos de estos factores son modificables, lo que significa que pueden prevenirse o controlarse con cambios en el estilo de vida3.
Hábitos para un corazón sano
Adoptar hábitos saludables puede reducir significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Aquí algunas recomendaciones clave:
1. Alimentación equilibrada
Una dieta rica en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, pescado y grasas saludables (como el aceite de oliva) ayuda a mantener niveles adecuados de colesterol y presión arterial4.
2. Actividad física diaria
Hacer al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana (como caminar, nadar o andar en bicicleta) mejora la salud cardiovascular y mantiene el peso4.
3. Evitar el tabaco
Fumar aumenta el riesgo de enfermedades del corazón. Dejar de fumar reduce el riesgo de infarto en un 50% en el primer año4. Tenemos una sección específica en nuestro blog para que puedas ayudarte a dejar de fumar.
4. Controlar el estrés
El estrés prolongado puede elevar la presión arterial y afectar el ritmo cardíaco. Técnicas como la meditación, el yoga y la respiración consciente son herramientas efectivas para reducirlo3.
5. Dormir bien
Dormir entre 7 y 8 horas por noche está asociado con una mejor salud cardiovascular. La falta de sueño puede aumentar el riesgo de hipertensión y enfermedades coronarias4.
La prevención como estrategia de vida
Según la Organización Mundial de la Salud, más del 80% de las enfermedades cardiovasculares son prevenibles si se controlan los factores de riesgo y se adoptan hábitos saludables1. La prevención no solo salva vidas, también reduce los costos económicos y sociales asociados a estas enfermedades.
Conclusión
Un corazón sano es sinónimo de una vida más larga y plena. Cuidarlo no requiere grandes sacrificios, sino decisiones conscientes y sostenidas en el tiempo. Alimentarse bien, moverse más, descansar mejor y manejar el estrés son acciones simples que pueden marcar una gran diferencia. Porque cada latido cuenta.
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