Pasamos gran parte de nuestra vida en el trabajo, y no siempre comemos adecuadamente, ya sea por las prisas, la urgencia, las ocupaciones laborales que apremian... La comida rápida puede ser útil para ganar tiempo, pero no suma en bienestar, ni en salud, ni tampoco en productividad, contrariamente a lo que se piensa. Lo que comemos influye en nuestra energía, nuestra concentración, el estado de ánimo y el rendimiento, entre otras cosas. Comer de forma saludable en la oficina previene enfermedades y promueve el bienestar físico y mental¹ que todos buscamos.
Existen muchos motivos. De entrada, una dieta equilibrada en la jornada laboral ayuda a mantener niveles estables de glucosa, lo que se traduce en mayor concentración y menos altibajos emocionales². Por ello es bueno darse el espacio para elegir un buen almuerzo o snack, porque a la larga el cuerpo y la mente lo agradecen. Por eso podemos darnos la oportunidad de elegir alimentos buenos, ricos en nutrientes, y no "comida chatarra".
Un snack como una manzana o frutos secos es mejor que chocolate, frituras o bollería industrial. Los jugos envasados suelen tener una alta concentración de azúcar; siempre es mejor tomar la fruta directamente en su formato original. Para almorzar, es importante que haya un balance adecuado de carbohidratos, proteínas magras y grasas saludables, de alimentos frescos y fibrosos. Esto proporciona energía sostenida y mejora el estado de ánimo³.
Para más información sobre menús saludables, puedes visitar nuestra sección Alimentación y nutrición.
1. Desayuna antes de salir de casa. El desayuno es clave para activar el metabolismo y evitar atracones más tarde. Lo ideal es incluir carbohidratos complejos, proteínas y fruta³.
2. Lleva comida casera en tupper. Preparar tus comidas te permite controlar las porciones y la calidad nutricional. Sigue la regla del plato: mitad verduras, un cuarto proteínas y otro cuarto carbohidratos integrales⁴.
3. Planifica tu menú semanal: Organizar tus comidas con antelación evita decisiones impulsivas y te ayuda a mantener una dieta equilibrada¹.
4. Evita el exceso de cafeína. Aunque el café puede ser estimulante, su consumo excesivo puede provocar nerviosismo y afectar la digestión. Opta por infusiones o café descafeinado³.
5. Ten snacks saludables a mano: frutas, yogures naturales, frutos secos o barritas sin azúcar son opciones ideales para evitar caer en tentaciones poco saludables¹.
6. Hidrátate constantemente. El agua es esencial para la digestión, la concentración y la eliminación de toxinas. Ten siempre una botella en tu escritorio³.
7. No comas frente al ordenador. Tomarte un momento para comer conscientemente mejora la digestión y te permite disfrutar de los alimentos².
8. Pasea después de comer: Un breve paseo ayuda a activar la digestión, despejar la mente y evitar el letargo post-almuerzo⁴.
Adoptar estos hábitos no solo mejora tu jornada laboral, sino que también reduce el riesgo de enfermedades como la diabetes tipo 2, la obesidad y problemas cardiovasculares¹. Además, una alimentación consciente puede mejorar tu estado de ánimo y ayudarte a gestionar mejor el estrés².
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