La alimentación es uno de los pilares fundamentales para la salud y el crecimiento de los niños y niñas. Una alimentación correcta durante la infancia va a permitir al niño o niña cubrir sus necesidades nutricionales, prevenir enfermedades, mejorar su rendimiento escolar y adquirir hábitos saludables que le beneficiarán a lo largo de su vida.
Principios generales:
¿Pero cómo debe ser una alimentación saludable en la infancia? A continuación, te damos algunas pautas generales que puedes adaptar a las características y preferencias de cada niño o niña:
El riesgo de la mala alimentación y la obesidad:
Además de seguir una alimentación variada y equilibrada, es importante tener en cuenta otros factores que pueden influir en la salud de los niños y niñas. Uno de ellos es el riesgo de la obesidad infantil, una condición que afecta a cada vez más niños y niñas en todo el mundo y que tiene graves consecuencias para su salud física y mental. La obesidad infantil puede provocar problemas como diabetes tipo 2, colesterol alto, presión arterial alta, problemas en los huesos y articulaciones, apnea del sueño, hígado graso y algunos tipos de cáncer1. Además, puede afectar a la autoestima, al rendimiento escolar y a las relaciones sociales de los niños y niñas, generando ansiedad, depresión, aislamiento o acoso2.
Para prevenir la obesidad infantil, es fundamental fomentar hábitos saludables desde la infancia, como hacer ejercicio físico regularmente, limitar el tiempo frente a las pantallas, evitar el consumo de alimentos procesados y bebidas azucaradas y promover el consumo de agua como bebida principal. Asimismo, es importante involucrar a los niños y niñas en la elección y preparación de los alimentos, respetar sus señales de hambre y saciedad y no utilizar la comida como premio o castigo.
La importancia de los lácteos:
Otro factor que hay que tener en cuenta es la importancia de los lácteos en la alimentación infantil. Los lácteos son una fuente de calcio, proteínas, vitaminas y minerales que contribuyen al desarrollo óseo y muscular de los niños y niñas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se recomienda consumir entre dos y cuatro raciones diarias de lácteos o derivados (leche, yogur, queso) según la edad. Los lácteos se pueden tomar solos o combinados con otros alimentos, como cereales, frutas o frutos secos.
Estrategias cuando no quiere comer:
Finalmente, hay que tener en cuenta que algunos niños y niñas pueden presentar dificultades para comer o rechazar ciertos alimentos. Esto puede deberse a diversos motivos, como el desarrollo del gusto, las preferencias personales, las influencias sociales o las emociones. Para ayudar a los niños y niñas a superar estas dificultades y a disfrutar de la comida, se pueden seguir algunas estrategias, como ofrecer una variedad de alimentos saludables y atractivos, respetar el ritmo y las necesidades de cada niño o niña, evitar las distracciones durante las comidas, crear un ambiente relajado y positivo en la mesa y dar ejemplo con una alimentación saludable por parte de los adultos.
Conclusión:
Siguiendo estas recomendaciones podrás contribuir a que los niños y niñas tengan una alimentación saludable que les ayude a crecer sanos y felices. Recuerda que la alimentación es un hábito que se aprende desde la infancia y que se puede mejorar con el tiempo.