A medida que envejecemos, la prevención de lesiones se vuelve crucial para mantener una vida activa y saludable. Las personas mayores enfrentan riesgos específicos en su vida cotidiana, desde caídas hasta quemaduras y atragantamientos. En este artículo, exploraremos las lesiones más comunes en adultos mayores y proporcionaremos recomendaciones para prevenirlas y tratarlas.
Las siguientes lesiones son frecuentes en la vida cotidiana de los adultos mayores:
Caídas: Las caídas son una preocupación constante. Para prevenirlas:
Quemaduras: Las quemaduras pueden ocurrir al manipular líquidos calientes o al cocinar. Para prevenirlas:
Atragantamientos: Las personas mayores pueden tener dificultades para tragar. Para prevenirlos:
Las lesiones traumatológicas son comunes en las personas mayores y ancianas. La falta de movimiento y el sedentarismo aumentan la propensión a caídas y lesiones que requieren atención traumatológica.
Al envejecer, los músculos, huesos y articulaciones experimentan cambios significativos. La densidad ósea disminuye, especialmente en mujeres posmenopáusicas, especialmente en caderas y muñecas (fractura de Colles).
Las articulaciones también se vuelven más rígidas, limitando la amplitud de movimiento. La pérdida de masa muscular afecta las rodillas y puede provocar caídas.
En primer lugar, la seguridad es fundamental para prevenir caídas. Cambiar el entorno, usar un andador o bastón y optar por zapatos con suelas de goma proporciona mayor estabilidad. Además, llevar una dieta rica en calcio y suplementos de vitamina D ayuda a fortalecer los huesos y prevenir la osteoporosis. El ejercicio moderado también es beneficioso para mantener la fuerza, el equilibrio y la flexibilidad, incluso en personas de edad avanzada6.
En caso de lesión, el tratamiento depende de la zona, estado de salud del paciente, grado de la lesión, y desplazamiento de los fragmentos de la fractura15. Es importante buscar atención médica adecuada:
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