La glucosa es un tipo de azúcar que se encuentra en la sangre y que sirve como fuente de energía para las células del cuerpo. La glucemia es la medida de la cantidad de glucosa que hay en la sangre en un momento determinado. La glucemia normal varía según el momento del día, la alimentación, el ejercicio y otros factores. Sin embargo, cuando la glucemia es demasiado alta o demasiado baja, puede causar problemas de salud, como la diabetes.
La glucemia capilar es una prueba que permite medir el nivel de glucosa en la sangre de forma rápida y sencilla. Se realiza mediante un pequeño pinchazo en el dedo para obtener una gota de sangre que se coloca en una tira reactiva y se introduce en un aparato llamado glucómetro. El glucómetro muestra el resultado en unos segundos y lo almacena en su memoria.
La glucemia capilar es muy útil para las personas que tienen diabetes, ya que les permite controlar su nivel de glucosa en la sangre y ajustar su tratamiento, su dieta y su actividad física. También puede ser útil para las personas que tienen riesgo de desarrollar diabetes, como las que tienen antecedentes familiares, sobrepeso, hipertensión o colesterol alto.
La glucemia capilar se suele hacer varias veces al día, según las indicaciones del médico. Los momentos más habituales son antes y después de las comidas, antes de acostarse y al despertarse. Los valores normales de glucemia capilar son:
Si la glucemia capilar es superior o inferior a estos valores, puede indicar un problema de salud que debe ser consultado con el médico. Algunos síntomas de tener la glucosa alta son sed, hambre, cansancio, visión borrosa, orinar con frecuencia e infecciones. Algunos síntomas de tener la glucosa baja son sudoración, temblor, mareo, confusión, palpitaciones y debilidad.
Para realizar correctamente la prueba de glucemia capilar se deben seguir los siguientes pasos:
La prueba de glucemia capilar es una herramienta muy útil para controlar la diabetes y prevenir sus complicaciones. Sin embargo, no sustituye a otras pruebas más completas que se realizan en el laboratorio, como la hemoglobina glicosilada o el perfil lipídico. Por eso, es importante seguir las recomendaciones del médico y hacerse revisiones periódicas.