La enfermedad celíaca es una condición autoinmune que se produce cuando el sistema inmunitario reacciona de forma anormal al gluten, una proteína que se encuentra en el trigo, la cebada y el centeno. Esta reacción provoca una inflamación y un daño en el intestino delgado, lo que impide la absorción adecuada de los nutrientes de los alimentos.
La enfermedad celíaca puede afectar a personas de cualquier edad, sexo o raza, pero es más frecuente en personas con predisposición genética o con antecedentes familiares. Se estima que alrededor del 1% de la población mundial padece esta enfermedad, aunque muchos casos no están diagnosticados.
Los signos y síntomas de la enfermedad celíaca pueden variar según la edad, el grado de daño intestinal y la sensibilidad al gluten. Algunas personas pueden tener síntomas leves o nulos, mientras que otras pueden tener síntomas graves o incapacitantes. Los signos y síntomas más comunes son los siguientes:
Los síntomas digestivos son los más típicos de la enfermedad celíaca y suelen aparecer poco después de consumir gluten. Estos síntomas incluyen:
Estos síntomas se deben a la inflamación y el daño de las vellosidades intestinales, que son unas proyecciones microscópicas que recubren el intestino delgado y que facilitan la absorción de los nutrientes. Cuando las vellosidades se atrofian, se reduce la superficie de absorción y se altera el transporte de agua y electrolitos.
Los síntomas extradigestivos son aquellos que afectan a otros órganos o sistemas del cuerpo y que pueden estar relacionados con la malabsorción de nutrientes o con la respuesta inmunitaria al gluten. Estos síntomas incluyen:
Algunas personas con enfermedad celíaca no presentan síntomas evidentes o específicos, pero pueden tener daño intestinal y riesgo de complicaciones. Estas personas pueden tener síntomas asintomáticos o silenciosos, que solo se detectan mediante pruebas de sangre o biopsia intestinal.
Los síntomas asintomáticos o silenciosos pueden estar relacionados con factores genéticos, ambientales o inmunológicos que modulan la expresión de la enfermedad. Estas personas pueden beneficiarse de una dieta sin gluten para prevenir el daño intestinal y mejorar su calidad de vida.
Conclusión
La enfermedad celíaca es una condición autoinmune que se produce por una reacción anormal al gluten. Esta reacción provoca una inflamación y un daño en el intestino delgado, lo que impide la absorción adecuada de los nutrientes.
Los signos y síntomas de la enfermedad celíaca pueden variar según la edad, el grado de daño intestinal y la sensibilidad al gluten. Algunos de los signos y síntomas más comunes son los digestivos, los extradigestivos y los asintomáticos o silenciosos.
El diagnóstico de la enfermedad celíaca se basa en la combinación de pruebas de sangre, biopsia intestinal y respuesta a una dieta sin gluten. El tratamiento consiste en seguir una dieta estricta sin gluten de por vida, que puede ayudar a controlar los síntomas y a promover la curación intestinal.