Las alergias e intolerancias alimentarias son reacciones adversas que se producen cuando el organismo no tolera algún componente de los alimentos. Estas reacciones pueden afectar a la piel, al aparato digestivo, al sistema respiratorio o al sistema circulatorio, y pueden variar desde leves hasta graves o incluso mortales.
Las alergias e intolerancias alimentarias son más frecuentes en la infancia que en la edad adulta, y pueden afectar a la calidad de vida y al desarrollo de los niños. Por eso, es importante conocer sus causas, sus síntomas, su diagnóstico, su prevención y su tratamiento.
La principal diferencia entre una alergia y una intolerancia alimentaria es el mecanismo que las origina. Una alergia alimentaria es una respuesta exagerada del sistema inmunitario ante una proteína del alimento que se considera extraña o peligrosa. Esta respuesta implica la producción de anticuerpos llamados inmunoglobulina E (IgE), que desencadenan la liberación de sustancias inflamatorias como la histamina. Estas sustancias son las responsables de los síntomas alérgicos, que pueden aparecer en minutos u horas después de la ingesta del alimento.
Una intolerancia alimentaria es una dificultad para digerir o metabolizar algún componente del alimento, que no implica al sistema inmunitario ni a la IgE. Esta dificultad puede deberse a la falta o defecto de alguna enzima, a la alteración de la flora intestinal o a la sensibilidad a algún aditivo o conservante. Los síntomas de una intolerancia alimentaria suelen ser más tardíos y menos específicos que los de una alergia, y pueden incluir dolor abdominal, diarrea, gases, hinchazón o migraña.
Prevención y tratamiento de las alergias e intolerancias alimentarias:
La prevención de las alergias e intolerancias alimentarias se basa en evitar el contacto con el alimento causante de la reacción. Para ello, es fundamental identificar el alimento responsable mediante pruebas médicas como análisis de sangre, pruebas cutáneas o pruebas de provocación oral. También es importante leer las etiquetas de los productos alimenticios y consultar con el personal de los establecimientos sobre los ingredientes y el modo de preparación de los alimentos.
El tratamiento de las alergias e intolerancias alimentarias depende del tipo y la gravedad de la reacción. En general, se recomienda seguir una dieta exenta del alimento causante y sustituirlo por otros que aporten los mismos nutrientes. En algunos casos, se puede recurrir a suplementos nutricionales o medicamentos que faciliten la digestión o el metabolismo del alimento. En caso de una reacción alérgica grave o anafiláctica, se debe administrar adrenalina inyectable y acudir a un centro médico de urgencia.
Las alergias e intolerancias alimentarias son problemas de salud que afectan a un número creciente de niños y que pueden tener consecuencias negativas para su bienestar y su crecimiento. Por eso, es importante conocer sus causas, sus síntomas, su diagnóstico, su prevención y su tratamiento. Así se podrá garantizar una alimentación segura y adecuada para cada niño y evitar posibles complicaciones.