Los suplementos alimenticios son productos que contienen nutrientes como vitaminas, minerales, proteínas, fibra, ácidos grasos u otros compuestos que pueden complementar la dieta habitual de las personas. Su objetivo es aportar los nutrientes que puedan faltar o ser insuficientes en la alimentación diaria, o que se requieran en mayor cantidad en ciertas situaciones como el embarazo, la lactancia, el deporte o el envejecimiento. Sin embargo, alrededor de los suplementos alimenticios existen muchos mitos y verdades que pueden generar confusión o mal uso de estos productos. Por eso, es importante conocer la información basada en la evidencia científica y las recomendaciones de los expertos para hacer un uso adecuado y seguro de los suplementos alimenticios.
A continuación, se presentan algunos de los mitos y verdades más comunes sobre los suplementos alimenticios:
- Mito: Los suplementos alimenticios son medicamentos.
- Verdad: Los suplementos alimenticios no son medicamentos ni tienen la finalidad de prevenir, tratar o curar enfermedades. Los medicamentos son sustancias que tienen una acción farmacológica sobre el organismo y que deben ser recetados por un médico. Los suplementos alimenticios son alimentos que tienen una acción nutricional sobre el organismo y que pueden ser consumidos por personas sanas sin necesidad de prescripción médica1.
- Mito: Los suplementos alimenticios pueden reemplazar una comida.
- Verdad: Los suplementos alimenticios no pueden reemplazar una comida ni sustituir una dieta equilibrada y variada. Los suplementos alimenticios solo aportan algunos nutrientes específicos, pero no todos los que se encuentran en los alimentos naturales. Además, los alimentos naturales contienen otros componentes beneficiosos para la salud como fitoquímicos, antioxidantes o probióticos que no se encuentran en los suplementos2.
- Mito: Los suplementos alimenticios son todos iguales y cualquiera puede consumirlos.
- Verdad: Los suplementos alimenticios son muy diversos y existen diferentes tipos según el nutriente o el objetivo que se quiera conseguir. Por ejemplo, hay suplementos de vitaminas, minerales, proteínas, fibra, ácidos grasos omega-3, antioxidantes, probióticos, entre otros. Cada suplemento tiene unas características, unas dosis y unas indicaciones específicas según las necesidades de cada persona. Por eso, es conveniente consultar con un profesional de la salud o de la nutrición antes de consumir un suplemento alimenticio3.
- Mito: Los suplementos alimenticios son seguros y no tienen efectos secundarios.
- Verdad: Los suplementos alimenticios son seguros siempre y cuando se consuman siguiendo las instrucciones del fabricante o del profesional de la salud. Sin embargo, si se consumen en exceso o en combinación con otros productos o medicamentos, pueden causar efectos secundarios indeseados como náuseas, diarrea, dolor de cabeza o interacciones farmacológicas. Por eso, es importante respetar las dosis recomendadas y no automedicarse con los suplementos.
- Mito: Los suplementos alimenticios son innecesarios si se lleva una dieta saludable.
- Verdad: Los suplementos alimenticios no son imprescindibles si se lleva una dieta saludable que cubra todas las necesidades nutricionales de las personas. Sin embargo, hay situaciones en las que puede ser conveniente o necesario consumir un suplemento alimenticio para prevenir o corregir una deficiencia o un requerimiento especial de algún nutriente. Por ejemplo, las mujeres embarazadas o lactantes pueden necesitar un suplemento de ácido fólico y hierro; las personas veganas o vegetarianas pueden necesitar un suplemento de vitamina B12; las personas mayores pueden necesitar un suplemento de calcio y vitamina D; las personas que hacen deporte pueden necesitar un suplemento de proteínas o creatina; entre otros casos.