El agua es un elemento esencial para la vida y para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Sin embargo, muchas veces no le damos la importancia que se merece y nos olvidamos de beber la cantidad suficiente de líquido cada día. Esto puede tener consecuencias negativas para nuestra salud, como deshidratación, fatiga, dolores de cabeza, problemas digestivos o de riñón, entre otros.
La hidratación es especialmente importante cuando cambian las estaciones del año, ya que nuestro cuerpo se adapta a las diferentes condiciones climáticas y necesita más o menos agua según la temperatura, la humedad, el viento o la actividad física que realicemos. Por eso, en este artículo te vamos a dar algunos consejos para hidratarte correctamente en cada estación del año y qué bebidas elegir según tus necesidades.
El verano es la época del año en la que más perdemos líquido debido al calor, al sudor y a la mayor exposición al sol. Por eso, es fundamental beber entre 2 y 3 litros de agua al día, repartidos a lo largo de las horas y sin esperar a tener sed, ya que esta es una señal de que ya estamos deshidratados.
Además del agua, podemos tomar otras bebidas que nos ayuden a refrescarnos e hidratarnos, como zumos naturales de frutas, infusiones frías, batidos o smoothies. Eso sí, debemos evitar el alcohol y las bebidas con gas o azucaradas, ya que nos deshidratan más y nos aportan calorías vacías.
También podemos aprovechar para consumir alimentos ricos en agua, como frutas (sandía, melón, piña…), verduras (tomate, pepino, lechuga…), ensaladas o gazpachos. Estos alimentos nos aportan además vitaminas, minerales y antioxidantes que nos protegen de los efectos nocivos del sol.
El otoño es una estación de transición en la que las temperaturas empiezan a bajar y el clima se vuelve más seco y ventoso. Esto puede provocar que nuestra piel se reseque y que nuestras mucosas se irriten. Por eso, es importante mantener una buena hidratación para evitar estos problemas y reforzar nuestro sistema inmunológico.
En esta época del año podemos seguir bebiendo entre 1,5 y 2 litros de agua al día, pero también podemos optar por otras bebidas calientes o templadas que nos reconforten y nos ayuden a prevenir los resfriados o las gripes. Algunas opciones son las infusiones de hierbas (manzanilla, menta, jengibre…), los caldos de verduras o de pollo o los zumos naturales de cítricos (naranja, limón…).
Asimismo, podemos incorporar a nuestra dieta alimentos de temporada que nos aporten agua y nutrientes beneficiosos para nuestra salud. Algunos ejemplos son las manzanas, las peras, las uvas, las granadas, las calabazas, las zanahorias o las setas.
El invierno es la estación más fría del año y también la más propicia para sufrir infecciones respiratorias o gastrointestinales. Por eso, es esencial mantener una buena hidratación para evitar la deshidratación causada por la fiebre o los vómitos y para favorecer la eliminación de toxinas y microorganismos.
En esta época del año podemos beber entre 1 y 1,5 litros de agua al día, pero también podemos
recurrir a otras bebidas calientes que nos ayuden a combatir el frío y a aliviar los síntomas de las enfermedades. Algunas opciones son el té, el café, el chocolate caliente, la leche o las infusiones de hierbas medicinales (tomillo, eucalipto, salvia…).
También podemos consumir alimentos que nos aporten agua y calorías para mantener nuestro metabolismo activo y nuestra temperatura corporal. Algunos ejemplos son las sopas, los guisos, los potajes, las legumbres o los frutos secos.
La primavera es la estación del renacimiento de la naturaleza y de las alergias. Por eso, es importante hidratarse correctamente para evitar la sequedad de las mucosas y para limpiar nuestro organismo de las sustancias alergénicas que nos provocan estornudos, picor o congestión.
En esta época del año podemos beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día, pero también podemos variar con otras bebidas refrescantes y depurativas que nos ayuden a eliminar las toxinas y a mejorar nuestra circulación. Algunas opciones son el agua con limón, el agua con pepino y menta, el agua de coco o los zumos naturales de frutas y verduras.
Además, podemos aprovechar para consumir alimentos de temporada que nos aporten agua y vitaminas que nos den energía y vitalidad. Algunos ejemplos son las fresas, los kiwis, los espárragos, las alcachofas o las espinacas.